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La vuelta al mundo en más de 80 días.

¿ De qué habla este blog ?

Viajar y descubrir el mundo. Es lo que pretendemos hacer en 353 días y a través de una quincena de países. Este blog nos servirá para compartir esta experiencia a través de los artículos y fotos que publicaremos así como de vuestros comentarios.

¿ Dónde estamos hoy ?


. Tras casi un año de viaje, nos acostumbramos poco a poco a la vida sedentaria.



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De vuelta al punto de partida

48 horas después de salir de Jordania y tras haber pateado por tres continentes, comprendo que el viaje se ha terminado al depositar las mochilas en casa de mis padres en Casablanca.


Pasados unos días del regreso, empiezo a darme cuenta que, a lo largo de un año, hemos soñado con los ojos abiertos. Más que las imágenes inolvidables, más que los recuerdos de encuentros memorables y más que los descubrimientos culinarios que nos hacen todavía salivar, lo que nos deja mejor sabor de boca es la libertad. Sentimiento único del que hemos disfrutado durante todo el año y que tengo la impresión de haber descubierto por primera vez durante la vuelta al mundo.

Nos alegramos de volver a ver familia y amigos, a pesar de haber tomado el camino de vuelta a reculones. Estuve más que tentado de no tomar el último vuelo; no por necesidad de huir de algo, sino porque me encontraba a gusto en este estilo de vida nómada en el que cada día se descubre algo nuevo, se aprende algo y se vive sin complicaciones. Vamos, que no nos hubiera importado nada pasar un mesecito entre amigos y parientes para retomar a continuación la ruta hacia nuevos horizontes.

Durante un tiempecito, nos costó cortar con ciertas costumbres del viaje, como verificar cada cinco minutos que el pasaporte sigue sano y salvo en el fondo del bolsillo, o evitar de cruzar las avenidas por cualquier lado y de cualquier manera. Cuando el tiempo lo permite, procuramos salir a dar una vuelta y, como si fuéramos turistas de verdad, fotografiamos todo lo que se mueve. Aprovechamos el lado cosmopolita de Paris para dar mini vueltas al mundo sin salir de la ciudad : yendo a comer a una tasca pakistaní de Strasbourg-Saint Denis, rememorando el Oriente Medio al olfatear el aroma de falafel friéndose en la calle Rosiers y llenándonos el vientre con un ‘Pho spéciale’ en el barrio asiático.


Llegamos a Paris un viernes para retomar el trabajo el lunes y la rutina del día a día no tardó en amenazarnos con envolvernos con su manto. Readaptarse a la vida sedentaria no fue sencillo, habíamos olvidado lo que era estar sentado y encerrado todo el santo día en una oficina, los empujones del metro, el bombardeo de la sociedad de consumo, o las ganas de vomitar que te entran al oír ciertos propósitos de nuestros queridos políticos.

En fin de cuentas, nuestra sociedad esta tan bien organizada que uno entra por el aro rápidamente y, como todo hijo de vecino, se pone a soñar con el fin de semana desde el lunes por la mañana. Aun así, gracias a esta aventura me siento como un tenista que retoma el partido tras haberse tomado un Red-Bull a palo seco durante el break.


Aunque el viaje no sea un fin en si mismo, la pregunta que nos hacemos ahora no es : ¿partiremos de nuevo?, sino más bien : ¿cuando partiremos?.

Karim