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La vuelta al mundo en más de 80 días.

¿ De qué habla este blog ?

Viajar y descubrir el mundo. Es lo que pretendemos hacer en 353 días y a través de una quincena de países. Este blog nos servirá para compartir esta experiencia a través de los artículos y fotos que publicaremos así como de vuestros comentarios.

¿ Dónde estamos hoy ?


. Tras casi un año de viaje, nos acostumbramos poco a poco a la vida sedentaria.



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Fotos : Agra, Delhi, Amritsar

Haz click en esta imagen para ver fotos de nuestro recorrido desde Agra hasta la frontera con Pakistán :


India - Agra, Delhi, Amritsar

Casi llegamos a Pakistán.

Desde Khajuraho, y tras un corto viaje nocturno, llegamos a Agra a primera hora de la mañana. Es esta una etapa importante de nuestro recorrido por el norte de India ya que es aquí donde se encuentra el Taj Mahal. Para poder disfrutar de este edificio majestuoso antes de que las hordas diarias de turistas lo tomen de asalto, así como para evitar el calor insoportable que azota a partir de las 10 de la mañana, nos presentamos a hacer cola al alba. De este modo, pudimos estar entre los primeros en entrar, y tengo que reconocer que las vistas justificaron el madrugón.


Los primeros quince días hemos viajado por lugares en los que el hinduismo es prácticamente la única religión visible. La región de Agra nos ha llevado al encuentro de la India musulmana y de la herencia arquitectural dejada por los mongoles a través de los siglos en que dominaron el sub-continente indio. Hoy día, 15% de la población es musulmana mientras que 80% es hindú. De hecho, el islam aquí tiene un cierto deje 'masala' : ciertos ritos que hemos presenciado en las mezquitas me recuerdan más lo que hemos visto en los templos hindúes que lo que se practica en Marruecos.

Nueva Delhi, nuestra siguiente etapa, rebosa de edificios de esta época, como el célebre Fuerte Rojo o la tumba de Humayun. A nuestra llegada a esta ciudad compartimos mesa en un café con un granjero de excursión en la capital para que sus hijos descubrieran el metro (que lleva sólo 4 años en funcionamiento) y que estaban super contentos de conocer a un extranjero, cumpliendo así dos de sus sueños en un sólo día. La primera quincena, los captadores de clientes persiguiéndonos por doquier nos habían vuelto paranoicos. Pero poco a poco, hemos conocido gente maja que incluso comparte su comida contigo en el tren. A menudo, la gente me toma por indio y me habla en hindi o en otras lenguas locales como el Maharati o el Punjabi. Y uno de ellos, cuando le dije que soy marroquí, me preguntó si por casualidad mis padres no eran emigrantes indios.

Delhi, lejos de impresionarnos como Varanasi, nos regaló con una estancia agradable y una variedad de monumentos que van de la época mogol hasta la época de la colonización inglesa. Esta ciudad, a imagen del resto del país, es un lugar lleno de contrastes : las cadenas de comida rápida extranjeras y las tiendas de marca coexisten con bazares en los que el limpiador de oídos está manos a la obra con sus instrumentos de tortura.


Aunque continuamos con nuestro régimen vegetariano, lo dejamos de lado por una vez para probar la cocina de uno de mis tocayos, cuyo restaurante sirve desde hace décadas platos que sus antepasados ya preparaban para los emperadores mogoles. El restaurante “Karim's” es archiconocido y mucha gente viene para degustar la cabra entera rellena y asada. Pero como es un plato que hay que pedir con 24 horas de antelación, nos inclinamos por pollo y brochetas de cordero preparadas a la moda 'Burrah' (marinadas y asadas). Estaba tan bueno que mejor cambio de tema porque lo que escribo me está haciendo salivar. ¡ Estoy deseando que llegue la próxima Aid-el-kabir (fiesta del cordero) !.

Tras Delhi, el tren nos acercó hasta Amritsar, capital espiritual de los Sikhs, que representan menos del 2% de la población pero que saltan a la vista por sus turbantes y su físico imponente. El templo dorado es impresionante con los 750 kg de oro que lo recubren (hasta los ventiladores están placados de oro), el estanque sagrado que lo rodea y el restaurante comunal que sirve gratuitamente más de 60.000 comidas diarias a los peregrinos que vienen del mundo entero. En resumen, una auténtica ciudadela dentro de la ciudad.


La otra curiosidad de Amritsar es, en realidad, Pakistán. Cada día, a la caída de la tarde, tiene lugar una ceremonia, muy popular y de lo más pintoresca, organizada de ambos lados de la frontera para marcar su cierre nocturno. Bajo una apariencia de competición dicharachera se mezclan cantos militares y patrióticos, soldados que se colocan en posiciones de desafío cara al país vecino, mujeres y niños que bailan al son de la música de slumdog-milionnaire, o que se desgañitan gritando eslóganes nacionalistas de cada lado de la frontera. Incluso hay un conductor de ceremonia que anima al público en las gradas a gritar más fuerte que los paquistaníes, que también son animados a hacer lo mismo desde su lado de la frontera.

En tanto que espectador extranjero, te hace gracia al principio, hasta que uno se acuerda de los atentados de Mumbai en 2008 y de los comentarios despectivos sobre los paquistaníes que de vez en cuando hemos oído durante el viaje. Entre estas dos potencias nucleares, ha habido varias guerras que han dejado miles de muertos. En el camino de vuelta, nos preguntábamos como esta ceremonia, en la que se atiza de manera oficial el odio hacia el país vecino, puede tener lugar en la tierra de Ghandi.

Karim

Fotos : Mumbai, Varanasi, Tala, Khajuraho

Haz click en la imagen para ver algunas de las fotos de tomadas entre Mumbai y Khajuraho :

India - Mumbai, Varanasi, Tala, Khajuraho

India : de tigres esquivos y de Kamasutra

Para llegar a nuestro próximo destino, tomamos el tren, donde descubrimos que en India se es igual de tolerante con las vacas como con las cucarachas, que se paseaban por los vagones como Pedro por su casa. Tras eliminar tres o cuatro y dándonos cuenta de lo imposible de la misión, decidimos aplicar la máxima 'Donde fueres haz lo que vieres' y las dejamos tranquilas. Después de este viaje vamos a estar curados de espanto : ya ni las ratas, ni las cucarachas, ni las vacas sueltas nos estremecen y las salamanquesas que se comen los mosquitos son nuestras mejores amigas. Comer con unos cuantos bichos paseándose al lado o comernos un paquete de galletas de una tienda en la que el dueño acaba de espantar a la tía materna Mickey Mouse delante de nuestras narices no nos quitan el hambre. Como se dice, lo que no mata engorda. Y la comida india está tan sumamente buena que sería un pecado no aventurarse a probarla. Desde que llegamos seguimos prácticamente una dieta vegetariana, en parte porque los restaurantes que sirven carne no abundan y en parte porque es la mejor manera de evitar los problemas intestinales; pero los platos de este tipo son tan ricos y tan variados que no echamos de menos demasiado la chicha. Y el té con leche, especias y una buena dosis de azúcar que sirven es una auténtica delicia.


El tren nos dejó cerca del parque nacional de Bandhavgarh, uno de los lugares en India donde hay más probabilidades de ver tigres en libertad e incluso, si la suerte te sonríe doblemente, algún guepardo. En nuestro caso, aunque hicimos una visita de mañana y otra de tarde, se ve que con la calor rno les apetecía menease. Lo más que vimos fueron huellas y según nuestro guía, el sonido que emite un ciervo cuando se encuentra frente a frente un guepardo. Por suerte, había otros animales menos esquivos como ciervos, jabalíes, zorros o pavos reales que nos amenizaron las horas en el jeep. Esta parte del viaje nos brindó la ocasión de conocer a Franck y Marie, una pareja majísima del sur de Francia, que desde hace años trabaja para una ONG humanitaria y que, como nosotros, ha hecho un paréntesis de unos meses para viajar, aunque en su caso se han concentrado en Asia.


Fue muy interesante hablar con alguien que conoce el día a día del trabajo de una ONG de este tipo, lo que me lleva a hablar de otro aspecto de India que, no por habernos mentalizado antes de venir, resulta menos duro de contemplar : la extrema pobreza de una parte de la población y la falta de higiene general. Resulta chocante que en un país en el que hay dinero y tecnología para enviar misiones a la luna y que cuenta con 3 de las 5 mayores fortunas del mundo, haya todavía tanta miseria. ¡ Si Gandhi levantara la cabeza !.

Siguiente parada : Khajuraho, ciudad conocida por sus templos del siglo X grabados con esculturas, entre otros temas, del Kamasutra. Los templos son espectaculares y las esculturas, todo hay que decirlo, de lo más explícitas y didácticas (para los curiosos, no subiremos nada 'kinky' al blog porque tenemos lectores de tierna edad y no nos parece plan, aunque ya sabemos que las nuevas generaciones no han crecido precisamente con la abeja Maya y Heidi). Si en todo lugar turístico en India hay que soportar estoicamente y aprender a vivir con los vendedores y los captadores de clientes 'independientes' al acecho de turistas que no te dejan visitar tranquilo, aquí se trata de una auténtica plaga. Son tantos y tan insistentes que hasta Karim, que siendo marroquí está vacunado contra ellos, terminó al borde del ataque de nervios. La verdad es que es algo que si vienes a India hay que tomarse con filosofía, so pena de pasarse el viaje renegando y mandando a todo el mundo a Cuenca. Pero lo más chocante es que el 95% de los niños de este pueblo se te acercan y te piden 'chocolate', 'school pen' y 'rupias', algunos son tan pequeños que uno duda que conozcan otras palabras, y si los padres están al lado no dicen nada (mi madre me hubiera arreado un bofetón que me hubiera dolido hasta hoy).


Dejamos esta ciudad con un sentimiento agridulce y nos dirigimos hacia la Meca del turismo en India : Agra y el célebre Taj Mahal.