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La vuelta al mundo en más de 80 días.

¿ De qué habla este blog ?

Viajar y descubrir el mundo. Es lo que pretendemos hacer en 353 días y a través de una quincena de países. Este blog nos servirá para compartir esta experiencia a través de los artículos y fotos que publicaremos así como de vuestros comentarios.

¿ Dónde estamos hoy ?


. Tras casi un año de viaje, nos acostumbramos poco a poco a la vida sedentaria.



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India : Adiós con el corazón ...

Con el paso de las semanas, India nos ha gustado cada vez más. A los diez días de viaje teníamos la impresión de llevar ya meses en el país, y nos resultaba difícil comprender como hay gente que se tira viajando por él meses e incluso años. Supongo que terminamos por cogerle el tranquillo al lugar, porque al final de nuestra estancia los comprendíamos mejor : los 43 días que hemos pasado aquí nos han sabido a poco.

Tras Amritsar nos fuimos al Rajastan, estado que se extiende por tierras desérticas en las que abundan los palacios fortificados. Los fuertes se construyeron para resistir todo tipo de ataques por linajes de Maharajas que, como buenos señores feudales, se pasaban la vida guerreando y planeando matrimonios entre ellos y con el imperio mogol. Incluso durante la dominación inglesa se las apañaron para conservar sus privilegios y seguir viviendo hasta mediados del siglo XX a cuerpo de rey, lo que explica que el interior de sus palacios esté bastante bien conservado.



El aspecto exterior de los fuertes es sobrio y macizo, pero detrás de las murallas se esconden calles laberínticas, plazoletas y palacios llenos de patios, corredores, ventanas ciegas desde las que las mujeres podían ver sin ser vistas, baños turcos y muros ricamente esculpidos que le recuerdan a uno las historias de las mil y una noches.

Las ciudades que se levantan alrededor de estos palacios tienen cada una un color predominante que les confiere una cierta armonía : el rosado en el caso de Jaipur, azul en Jodhpur y blanco para Udaipur. Pero la que más me ha gustado de todas es Jaisalmer, en la que las casas están construidas de piedra arenisca que se desdibuja en el desierto que la rodea, y donde las fachadas están esculpidas con tal nivel de detalle que los relieves se asemejan a tallas de madera.



De ciudad en ciudad y entre palacio y palacio, visitamos algunos Havelis (mansiones tradicionales) del siglo XIX, en las que los interiores y el mobiliario de época muestran que los ricos de entonces ya favorecían el estilo disco-psicodélico muchísimo antes de los años 80, nos paseamos por los bazares, fuimos a un par de espectáculos de marionetas y danzas tradicionales y descubrimos la importancia que el turbante y un bigote insigne tienen en la región : el color, longitud y anudado del primero, y la forma del segundo denuncian el estatus, la profesión o incluso la religión de quien los lleva. De la misma manera, el color del sari varia en función de la época del año y del estado civil de la portadora.

Antes de volver a nuestro punto de partida, Mumbai, y con el termómetro rondando los 40 grados y a la alza (porque no es hasta los meses de mayo y junio que las temperaturas se acaban de desbocar del todo), hicimos una última parada en la capital del Gujarat, Ahmedabad. Esta ciudad, aunque principalmente industrial, tiene un museo de textiles antiguos indios que dejaría boquiabierta a toda maruja versada en las artes de la aguja, una visita guiada muy simpática del casco antiguo y el Ashram (lugar de retiro) que fue el cuartel general de Ghandi.



Pero lo mejor de esta ciudad fue la acogida de nuestros anfitriones vía couchsurfing. Al abrirnos las puertas de su casa nos brindaron la ocasión de vivir unos días con una familia india típica en la que los hijos, incluso una vez casados, viven en casa de sus padres con su mujer. La familia entera se deshizo en atenciones con nosotros, al punto que nos llevaron a una boda tradicional, para lo que nos acicalaron con su propia ropa. E incluso dimos una vuelta en sidecar, pilotado por la madre de nuestro anfitrión, Rushir. Una inmersión inolvidable en la hospitalidad india.

Tras otro par de días paseando por Mumbai y en casa de Louella que nos volvió a acoger en su casa, nos despedimos de este país para continuar nuestra ruta. Esperamos volver algún día para visitar lo mucho que nos hemos dejado sin ver, y ese día vendremos con la ropa puesta y las mochilas vacías para poder desvalijar los bazares a nuestras anchas. De momento, nuestro viaje continua y volvemos al sudeste de Asia. En particular, a Tailandia.

Bea