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La vuelta al mundo en más de 80 días.

¿ De qué habla este blog ?

Viajar y descubrir el mundo. Es lo que pretendemos hacer en 353 días y a través de una quincena de países. Este blog nos servirá para compartir esta experiencia a través de los artículos y fotos que publicaremos así como de vuestros comentarios.

¿ Dónde estamos hoy ?


. Tras casi un año de viaje, nos acostumbramos poco a poco a la vida sedentaria.



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Iorana koe Rapa Nui (Bienvenido a Isla de Pascua)

Después de casi 4 meses deambulando por América del Sur, llegamos a nuestra última parada por estas tierras; aunque para ser precisos, esto es el extremo oriental de Polinesia y no América. La Isla de Pascua, con sus apenas 163 m² de superficie, se formó un día en el que la Madre Tierra decidió asomar la punta de la nariz del mar allá donde Cristo perdió las sandalias.


La isla es hoy parte de Chile, pero fue descubierta y ha sido habitada desde el siglo IV por uno de los pueblos polinesios que, siendo excelentes navegantes, surcaron el océano Pacífico de punta a punta. De hecho, tiene un carácter más próximo de la Polinesia que de América Latina : en los rasgos de la gente, en el idioma local o en el folclore. A nuestra llegada al aeropuerto la dueña del camping donde nos alojamos nos recibió con un collar de flores y un 'iorana', palabra que sirve tanto para decir 'bienvenido', como 'buenos días' y 'adiós' en lengua rapanui.

El lugar es un oasis en medio del océano y el ambiente es muy tranquilo, aunque la población del único lugar habitado, Hanga Roa, está creciendo de manera exponencial con el desarrollo del turismo : de 3000 habitantes en el 2006 a casi 6000 hoy día. Todo cuesta entre 3 y 4 veces más que en el continente, pero sigue siendo un destino abordable para el turista medio (sobre todo si uno hace acopio de provisiones en Santiago). Sin embargo, hay un hotel 5 estrellas en construcción y como los recursos no son ilimitados y que el exceso de población empieza a causar problemas (de abastecimiento de agua y de tratamiento de residuos) no sé cuanto tiempo va a perdurar la situación.


Pero de momento el ambiente es de lo más simpático. Todo el mundo se saluda al cruzarse en la calle. Si estás en plan vago y no te apetece caminar hasta el otro lado del pueblo, basta con estirar el dedo y alguien te recoge (y siempre se puede ir en la parte trasera de la furgoneta si los asientos ya están ocupados). Un señor que nos recogió incluso nos invitó a venir a tomar un café a su casa.

Nos alegramos infinitamente de haber alquilado una habitación en el camping en vez de una tienda de campaña, sobre todo cuando en la noche oíamos la lluvia azotar el techo y el viento soplar a todo pulmón y que luego por la mañana veíamos a los pobres de las tiendas con ojeras y sacando los sacos de dormir a secar.

A pesar de la lluvia, la Isla de Pascua se parece bastante más a mi idea de un paraíso tropical que Ushuaia. No hay cascadas, pero nos dimos un bañito en la única playa de arena de la isla y salimos a bucear con Henri (un francés que en sus tiempos formó parte del equipo de Cousteau, hasta que llegó aquí hace 30 años en una de sus misiones, se lió con una chica del pueblo y decidió quedarse).


Para visitar los moais que están repartidos por la isla alquilamos un todo-terreno por unas horitas. Resultó ser una buena elección porque las carreteras están atiborradas de baches, sin contar con las 'albercas' de barro que hay que atravesar de vez en cuando. Me sorprendió la cantidad de moais que hay, casi un millar, y la distancia que separa la cantera donde se fabricaban, al pie de un volcán, hasta sus destinos respectivos al borde del mar. La locura humana no tiene límites.

Otra cosa curiosa es la cantidad de caballos que hay en la isla. De hecho, es prácticamente el único mamífero que hemos visto : ni una oveja, ni cabras ni cerdos, apenas unas vacas flacuchas y unas cuantas gallinas paseándose por los corrales del pueblo... y caballos por todas partes y a todas horas.

Y ya toca decir adiós a América Latina. Es un sentimiento agridulce : nos ha gustado tanto que cuesta irse. Pero por otro lado, quién se puede quejar sabiendo que el próximo destino es Nueva Zelanda?. Estamos deseando descubrir el país de los kiwis y vivir nuestra primera experiencia de couchsurfing en Nueva Zelanda.

Bea